
El encuentro con el yoga comenzó a los doce años de edad. Por aquel entonces surgió un despertar en la búsqueda del conocimiento del ser humano, el cómo desarrollar su potencial y su parte oculta. La psicología profunda, el naturismo, lo suprasensible, la muerte, el mundo de los sueños , viajes astrales, telepatía, hipnosis, astrología, eran los temas que le apasionaban y que formaban parte de su biblioteca.
A los 21 años encontró a su primer profesor de yoga, que se convirtió en su maestro de Yoga durante años. Por aquel entonces conoció al maestro Dhiravamsa de meditación vipassana por el que siente un profundo agradecimiento y el que hoy en día continúa siendo su maestro. El 1º día que asistió a una clase de yoga al terminar la meditación se dijo a sí misma que acaba de encontrar lo que quería hacer el resto de su vida. Así fue como comenzó un largo viaje de búsqueda e investigación , viajó a India, Tailandia , Europa, Usa , siempre con el entusiasmo de querer practicar y seguir aprendiendo.
Tras la experiencia de años como profesional, y tras haber realizado distintas formaciones y entrenamientos, con diferentes escuelas y estilos de yoga, tales como Hatha yoga, kundalini yoga, Tsa lung trulkor, (tradición Dzochen) Asthanga, Iyengar, Chi Kun y Yoga terapéutico. Hoy en día apuesta por un tipo de YOGA, MENTE CUERPO, un Yoga integrativo y educativo. Una práctica que se adapta a las necesidades propias del paciente y no al revés. Un yoga que incluya ásanas (posturas), pranayamas (control de la respiración), canto de mantras, mudrás (gestos rituales) y kriyās (ejercicios). Posturas sencillas que requieran poca exigencia física, una práctica que genere tranquilidad mental y vitalidad.
El entrenamiento mental para adiestrar la atención y calmar la mente, actividad que no es solo intelectual y fría sino que también tiene una dimensión afectiva, se procede al cultivo de los fundamentos en la atención plena (mindfulness). Observación pura , sin juicio; al cuerpo físico, a la respiración, asociada esta a las emociones y sensaciones, y la atención a los contenidos mentales, a los tipos de pensamientos.
Toda la práctica se desarrolla dentro del marco del cuerpo físico, llevando la atención al interior del cuerpo, observando y conectando con el sistema nervioso, con la mecánica del movimiento muscular y la estructura ósea.
Los músculos no trabajan solos, sino en conjunto, mediante cadenas psico-neuro-musculares. El objetivo es entrenarnos en la estimulación del sistema propioceptivo. Sistema mediante el cual, el cerebro recibe la información sobre la posición y el movimiento de las partes del cuerpo entre sí y en relación a su base de soporte. Esto se produce a través de una serie de receptores distribuidos por todo el organismo.
Esta sensibilidad propioceptiva es extraordinariamente importante en la vida de relación del ser humano, ya que nos permite el conocer y reconocer las diferentes tipos sensaciones que experimentamos durante la práctica y aumenta la consciencia de nosotros mismos. Tenemos propioceptores en los músculos, los tendones, las articulaciones y hasta en la propia piel, esto practicado de forma sistemática hace que el cerebro lo registre y lo memorice, pudiendo estar más en contacto con nuestra sensaciones y emociones en la vida cotidiana desde el estado de calma y ecuanimidad.