La estructura cerebral condiciona nuestro mundo interior, nuestras percepciones y nuestra conducta. Los patrones de la actividad cerebral determinan el perfil emocional y están relacionados con los sistemas fisiológicos. Cada ser humano es una combinación de la capacidad de resistencia de la adversidad, de la actitud, de la intuición social, de la autoconciencia, de la sensibilidad al contexto y de la atención, es decir, nuestro perfil emocional, una mezcla que describe el modo en que percibimos el mundo y cómo reaccionamos ante él.
El perfil emocional afecta a la manera en que nos sentimos a nosotros mismos y a quienes tenemos a nuestro alrededor, nuestra conducta y lo susceptibles que seamos ante el estrés. Nuestra función cognitiva y nuestro perfil emocional afectan a la salud física. Tienen consecuencias psicológicas y ejercen efectos en funciones del sistema respiratorio, inmunológico, cardiovascular, gastrointestinal y endocrino.
Las emociones son respuestas primarias neurovegetativas, cuya experiencia cognitiva constituye el sentimiento. Ya en los tiempos de Charles Darwin se definieron como emociones básicas el miedo, la ira, la tristeza, la alegría y la sorpresa. Estas emociones nos unen con nuestro pasado evolutivo, dan color a nuestra vida mental y son fundamentales para nuestras decisiones y para consolidar la memoria.
Hoy en día, sabemos que existe una estrecha relación entre la memoria y las emociones; también sabemos que cada vez que evocamos un recuerdo lo vamos construyendo, es como si fuéramos esculpiendo nuestra propia obra de arte o trabajando sobre el último archivo y a la vez, borrando el anterior de nuestro ordenador. Es importante aprender a saber qué debemos recordar y qué debemos olvidar para trabajar con nuestros recuerdos y emociones.
La estructura cerebral clave implicada en las emociones es el sistema límbico, también llamado cerebro emocional. Concretamente, la amígdala es quien le da la etiqueta cognitiva o valencia emocional y está relacionada con las preocupaciones, miedos y fobias. En la actualidad, las pruebas científicas a favor de la neuroplasticidad proponen formas de entrenamiento de la mente, patrones de actividad cerebral y circuitos neurales que subyacen al perfil emocional. De esta forma no sólo es posible modificar el perfil emocional para la adaptación al mundo que vivimos, sino que también es posible cambiar nuestro entorno inmediato y la manera en que estructuramos nuestra vida para que se ajuste mejor a nuestro perfil emocional.
A través de las prácticas mente-cuerpo tratamos áreas clave, relacionadas con las funciones superiores, como la toma de decisiones, la creatividad y la planificación. Con un entrenamiento adecuado podemos aumentar estas funciones cerebrales y conseguir una adaptación favorable , que beneficie a la salud física y psicológica.
TABLA DE PRECIOS
Ahorro: 40 €
- 2 sesiones neurofeedback
- 2 terapia mente-cuerpo
Diagnóstico: 70 €
Ahorro: 94 €
- 5 sesiones neurofeedback
- 2 terapia mente-cuerpo
Diagnóstico: 70 €
Ahorro: 100 €
- 6 sesiones neurofeedback
- 2 terapia mente-cuerpo
Diagnóstico: 70 €